Finalidad
La finalidad del materialismo histórico o ciencia de la Historia es orientar las luchas de la clase obrera contra la explotación capitalista, y su dominación política e ideológica, para pasar del capitalismo al comunismo o modo de producción comunista, en el que los medios de producción son propiedad colectiva de toda la sociedad, y en el que por tanto, desaparecerán la explotación y la lucha de clases.
Pero para pasar del capitalismo al comunismo, es necesaria una fase de transición, que se llama socialismo, en el que el partido de la clase obrera toma el poder del Estado y colectiviza los grandes medios de producción con el fin de abolir el trabajo asalariado (como ocurrió en la URSS y las democracias populares). Althusser defendía que el socialismo no era un modo de producción, sino una fase de transición, dado que si bien en el socialismo es abolido el trabajo asalariado, siguen existiendo el dinero y las relaciones mercantiles (entre cooperativas, o el Estado y cooperativas, etc.), de modo que una sociedad socialista puede, o bien avanzar hacia el comunismo, que sí es un modo de producción, o bien retroceder al capitalismo. En el comunismo desaparece el dinero y por tanto las relaciones mercantiles sobre la base de un alto desarrollo industrial y tecnológico, lo que hace materialmente irreversible la restauración del trabajo asalariado.
La tesis central, que plantea los problemas teóricos más importantes, es la tesis concerniente a la posibilidad de “involución” de un país socialista hacia el capitalismo. La tesis se desarrolla en contra de muchas convicciones ancladas en las interpretaciones ideológicas del marxismo (interpretaciones religiosas, evolucionistas, economicistas).
Esta tesis sería, de hecho, impensable si el marxismo fuese una filosofía esencialmente religiosa que garantiza el socialismo presentándolo como el objetivo hacia el que la historia humana ha trabajado siempre. Pero el marxismo no es una filosofía de la historia, y el socialismo no es el “final” de la historia.
Esta tesis sería igualmente impensable si el marxismo fuera un evolucionismo. En una interpretación evolucionista del marxismo, existe un orden necesario y garantizado de modos de producción: uno no puede, por ejemplo, “saltarse” un modo de producción. Esta interpretación ofrece una garantía de que siempre estás moviéndote hacia delante, excluyendo por tanto en principio cualquier riesgo de “involución”: desde el capitalismo sólo podemos proseguir hacia el socialismo, y desde el socialismo al comunismo, no hacia el capitalismo.
Y cuando, por necesidad, el evolucionismo debe admitir la posibilidad de “involución” piensa que el retroceso es para regresar a las viejas formas del pasado, que han permanecido inmutables en sí mismas. Pero el marxismo no es un evolucionismo. Su concepción de la dialéctica histórica permite demoras, distorsiones, involuciones sin repetición, saltos, etc. De este modo, para el marxismo, ciertos países pueden “pasar al socialismo” sin haber “pasado a través” del capitalismo. Esta es la razón por la cual es posible la involución hacia un modo de producción que ha sido en principio superado (por ejemplo Yugoslavia). Pero es por esta misma razón que esta involución no es un retorno puro y simple al pasado, hacia un pasado intacto, hacia viejas formas: ocurre a través de un proceso distinto, la inserción de nuevas formas (formalmente socialistas) en un sistema de modo de producción capitalista, produciendo una forma original de capitalismo bajo “apariencias” socialistas.
La tesis de la “involución” sería, finalmente, imposible si el marxismo fuera un economicismo. En una interpretación economicista del marxismo, la abolición de las bases económicas de las clases sociales es todo lo que es necesario para confirmar la desaparición de las clases sociales, y con ellas, la lucha de clases y la necesidad de la dictadura del proletariado, y por tanto, el carácter de clase del Partido y del Estado –con el fin, en otras palabras, de poder declarar que la victoria del socialismo ha sido “asegurada definitivamente”. Pero el marxismo no es un economicismo.
Comentarios
Publicar un comentario